sábado, 8 de febrero de 2014

Oraciones con complementos de régimen

 UN MAL DÍA

El verano pasado, tal día como 14 de julio, mi prima pequeña quiso salir a dar una vuelta. Se lo dijo a sus padres y a su hermano mayor y ellos estaban de acuerdo, así que no lo dudaron, cogieron los cuatro las bicicletas y salieron de casa. Eran las 12:00 del mediodía, así que también cogieron las cestas y prepararon la comida para hacer un picnik en el parque.
Llegaron al parque y comenzaron a dar una vuelta. Mi pima era pequeña y no sabía manejar demasiado bien la bicicleta, pero aún así la llevaba bastante bien ese día. Tuvo tan mala suerte que en el camino había un gran hoyo y cayo en él con la bicicleta. Al caer apoyo el brazo para amortiguar la caida y eso fue peor, porque se rompió el brazo. Sintió un dolor intenso en el momento de la caida y gritó, mis tios acudieron en su ayuda y en seguida la llevaron al hospital. El  médico le hizo un radiografía y claramente se podía apreciar que era una rotura, le puso la escayola y le mandó reposo.
Todo lo que empezó como un día soleado para dar una vuelta y disfrutar, acabó en un mal día.

domingo, 2 de febrero de 2014

oraciones impersonales


Un despiste tonto.

Era una mañana de invierno como otro día cualquiera. Eran las 7:00 de la mañana, me acababa de levantar, me disponía a vestirme, arreglarme y desayunar para ir al instituto, pero antes levanté la persiana del salón para ver como estaba el día. Solo me fijé en el tiempo que hacía, estaba muy lluvioso y pensé ´´que fastidio, tendré que coger el paraguas y ponerme las botas de agua``. No reparé en nada más. Terminé de arreglarme y salí a la calle.
Comencé a caminar y poco a poco fui notando la falta de algo muy común en la gran avenida por la que pasaba. Había muy pocas personas, pero pensé que era motivo de la lluvia. Me di cuenta de que tampoco había prácticamente coches circulando. Desde que salí de casa solo había visto uno en marcha. Entonces, me entró un poco de curiosidad y a la vez preocupación. Quise preguntar al hombre del quiosco de prensa, pero estaba cerrado. Me extrañó.
Cuando llegué al instituto, tampoco había nadie. La cuidad estaba desierta. Decidí volver a casa y hablar con mis padres por si sabían algo. Cuando llegué a casa, tampoco vi a nadie, así que fui a la habitación de mis padres, estaban allí, dormidos. Me alarmé, porque mi padre tenía que entrar a trabajar a las 7:00 y mi madre a las 8:00, pero no, allí estaban. Mi madre entreabrió los ojos y me dijo ´´¡¿que haces a estas horas despierta un domingo?!``. Me quedé sin palabras. Me di media vuelta solté la maleta y me metí en la cama riéndome de lo sucedido.